El monasterio de Santa María de Rio seco se encuentra a comienzos del valle del Manzanedo.
Estuvo habitado desde el año 1236 por los monjes blancos, aproximadamente 100 personas, de la que 25 serían monjes y el resto conversos, novicios y criados.
A sí mismo los monjes se ocupaban de los indigentes que acudían al monasterio en busca de limosna, comida y ropa.
Fuera del convento se encontraban las familias que trabajaban en las granjas, ventas molinos y batanes.
El problema empezó en el siglo XIX, con la guerra de la independencia, donde los franceses embargan los granos del monasterio.
Los monjes fueron obligados a exclaustrarse , desde 1809 hasta 1814,( fecha con la vuelta de Fernando VII ) , donde pudieron regresar a Rioseco.
Los monjes fueron obligados a exclaustrarse , desde 1809 hasta 1814,( fecha con la vuelta de Fernando VII ) , donde pudieron regresar a Rioseco.
Durante el trienio liberal (1820 - 1823) fueron de nuevo enclaustrados y con la demortización de Mendizabal se produjo el final de la actividad del monasterio.
A patir de esta fecha el monasterio empieza a sufrir el expolio y el abandono.
El 6 de noviembre de 1835 se procedió a su venta, quedándose Francisco Arquiaga (comisario provincial de subastas) por el precio de salida.
En los años de 1950 los nietos del comprador donan las ruinas al arzobispado de Burgos, actual propietario.
En la época de los 60 , el monasterio inicia el camino de la ruina y el olvido.
El monasterio tiene elementos arquitectónicos de periodo cisterciense, etapa renacentista y barroca
Una maravilla en ruinas.